Lo que en la vida se permite, se repite.

Alguna vez te haz preguntado ¿Por qué a mí? ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? Estoy segura que más de una vez. Hacemos cosas que nos perjudican continuamente, aceptamos comportamientos tóxicos de los demás, tomamos malas decisiones, sabemos lo que se avecina y luego tratamos de buscar un culpable.

La búsqueda de un culpable es una especie de mecanismo de defensa para no afrontar la realidad. Esto se convierte en un círculo vicioso que provoca que en vez de soltar, agarremos.

Y es que en la vida todo aquello que permitimos, lo repetimos, independientemente esto sea positivo o negativo.

Por eso es importante que seamos atentos no solo hacia las actitudes de los demás en nosotros, sino que también a el patrón que repetimos cuando elegimos amistades, pareja, objetos, etc. Debemos ser conscientes de nuestras decisiones, para no estancarnos.

Cuando somos conscientes de lo que merecemos, sabemos dónde sí y dónde no, apartando aquello que nos resta y agradeciendo aquello que nos suma, quiere decir que aprendimos el verdadero significado del amor propio. Así que detente en este instante y pregúntate: ¿Estoy realmente protegiendo mi salud mental? ¿Estas personas me están sumando? ¿Mis decisiones han sido correctas?

Es hora de renunciar a aquellos malos hábitos y enfocarnos en lo que realmente vale la pena.

Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. Cuando dejo ir lo que tengo, recibo lo que necesito. – Lao Tzu